La imagen que una empresa u organización emite al exterior va a formar parte de su éxito o fracaso. Una imagen corporativa positiva genera confianza tanto en el público interno como externo. Es un valor añadido al producto o servicio que va a determinar en muchos casos la elección que tiene del consumidor, ya que en muchas ocasiones la imagen de la empresa va a ser lo único que la diferencie de la competencia. Cada vez más, las características y precios de los productos son más parecidos y nuestra elección va a depender del prestigio, la responsabilidad social de la empresa, la atención al cliente, el servicio postventa, su historia, sus valores… También favorece los procesos inconscientes de compra, pues es más placentero consumir un producto que tenga una imagen positiva o contribuir con una empresa que colabora con la sociedad o con la que compartes valores. En definitiva una imagen corporativa positiva incentiva las ventas y los beneficios de la empresa. Pero la imagen corporativa no se crea solo con comunicación, sino también con hechos. Se trata de hacerlo bien y hacerlo saber.
Teniendo en cuenta esto hay que cuidar los factores que influyen en nuestra imagen.
En primer lugar, el comportamiento interno de la organización: Los empleados exteriorizan valores a través del contacto con el público o el cliente y de ellos depende en gran medida el grado de fidelización de los clientes. Una plantilla descontenta con el funcionamiento interno de la empresa va a perjudicar tanto a la imagen de la empresa como a la productividad. Está demostrado que prestar atención al bienestar de los trabajadores se traduce en beneficios para la compañía. Empresas como La Caixa, Microsoft, Caja Madrid o telefónica ya lo saben. Además, de esta manera ya se está contribuyendo a una causa social y a un valor muy importante para la sociedad actual que es la calidad en el trabajo.
En segundo lugar, los esfuerzos de comunicación: La empresa debe gestionar todos los esfuerzos de comunicación (publicidad, RR.PP., patrocinios, mecenazgos, celebración de actos, comunicación interna…) y dirigirlos a un mismo objetivo que tiene que ser lograr una imagen corporativa positiva. Este factor tiene la gran responsabilidad del "hacerlo saber". Tenemos que aprender que todo lo que hace la organización puede ser comunicado, para eso existen multitud de formas de comunicación en la empresa. Los esfuerzos empresariales que aportan valor añadido al producto o servicio no van a repercutir con toda la fuerza posible en la compañía si no son comunicados.
En tercer lugar, el retrato transmitido por los medios: Parte importante de la imagen corporativa que tiene la sociedad de una compañía viene por parte de los medios. Hay que hacer un análisis de la información de los medios y del contenido, no solo con respecto a nuestra empresa, sino también en lo referente al sector de la organización o del producto. Una imagen negativa transmitida por los medios tiene que ser rápidamente corregida mediante acciones de comunicación y reformas en la gestión empresarial.
En cuarto lugar, la experiencia personal: el contacto directo es el factor principal que influye en la imagen de cualquier empresa. En este contacto directo es fundamental dejar presente el espíritu corporativo de la organización.
La imagen transmitida debe ser socialmente aceptada y competitiva. Para su elección hay que tener en cuenta las características de la organización, la competencia y el mercado. Además es importante que la imagen de la organización vaya evolucionando al tiempo que lo hace la sociedad para adaptarse a las nuevas necesidades y valores del mercado.
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Hace 3 semanas
3 comentarios:
me parece una apresiacion muy interesante con respecto a la imagen corporativa
me parece una apresiacion muy interesante con respecto a la imagen corporativa
Lo tendré en cuenta para el futuro ya que son cosas que con práctica y con consejos de especialistas como tú vamos mejorando pasito a paso, gracias Miguel
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